viernes, 16 de diciembre de 2011

Derrumabiento.




Aquella princesita había pasado de un cuento de hadas a una novela de terror. Su alta torre calló haciéndose añicos, y ella quedó bajo los escombros en una profunda oscuridad. Al principio lloró, después gritó, pero al final, herida y hundida, decidió apartar esos escombros y construir una nueva torre.