Qué largo es el olvido.

El otro día leí: ¿Es proporcional el tiempo que llevas enamorado de alguien al tiempo que dura el dolor del desamor?. Y yo me pregunto ¿Realmente lo es? Inevitablemente pienso en ÉL. Él que me hizo creer que al amor existía, él que me saludaba cada mañana con un "Buenos días, princesa" y me despedía cada noche con un "Buenas noches, pequeña", él que me reñía como si de una niña pequeña se tratase por no ir a algunas clases, él que me hacía sonreír con solo mirarme, él que se esperaba en el coche hasta que yo me perdía en las sombras de mi patio, él que me abrazaba cuando tenía frío y me acariciaba el pelo, él con quien hablaba de un futuro próximo, de un futuro juntos... ÉL, que a los dos meses de ilusiones, caricias y amor decidió irse sin ninguna explicación. Dejándome ahí, como un bebé cuando se le rompe su muñeco preferida y está tan triste que ni siquiera las chucherías le consuelan. Rota, estaba completamente rota, y así continúe durante los meses que le siguieron... Perdí la cuenta, no se cuanto tiempo pasó hasta que dejó de dolerme el recordarle. Y es aquí, donde contesto a la pregunta del principio, ¿Es proporcional? No, claro que no. Yo estuve dos meses con él, y perdí la cuenta de cuantos sin él, aún hoy lo veo y me tiemblan las piernas, a pesar de que aquello quedó en el recuerdo y otros han ocupado una parte de mi corazoncito. 

Fue entonces, cuando él llegó y se marchó de mi vida, cuando me di cuenta de que el amor, no se mide por tiempo, se mide por sentimientos. Depende de cómo y cuánto te entregues tú a una relación, y no importa si estás tres meses o un año, por que el dolor es el mismo si quieres de verdad. 

Amor en las aulas.

Estás en clase, en frente tuya hay una chica a la que conoces de verla en alguna que otra asignatura. Siempre te ha llamado la atención, viste de una forma que parece que esté anclada en los años 80. La clase comienza, el profesor pone una película rusa. Los alumnos miran a la pantalla, pero estás segura de que ninguno de ellos atiende a la antigua película rusa, cada uno está perdido en sus pensamientos. Y tú, tú estás mirando a la chica "años 80" que se sienta frente a ti, está mandando un mensaje con un móvil demasiado antiguo para la época en la que vivimos. Fuerzas la vista para ver a quien se dirige el sms en el que informa de que estamos viendo una película en clase, es para un tal Rafa.. Piensas en quien puede ser, y te imaginas a ese chico de barbas que siempre va con ella. Y así es, él entra por la puerta buscándola con la mirada, y entonces, se sientan los dos frente a ti. Se llenan de arrumacos y caricias, intercambian miradas y sonrisas, entrelazan sus manos. Tú lo analizas todo silenciosamente, sonriendo con disimulo. Piensas en tu vida amorosa, la verdad es que es un completo desastre, no tienes ni arrumacos ni caricias ni manos entrelazándose. Aún así, sonríes . Te da igual, eres feliz en tu desastre.   

Segundos de felicidad.

Cuando él caminaba hacia donde se encontraban todos, ella estaba sentada en un banco, con las piernas cruzadas sobre el asiento, él siempre ha pensado que esa forma suya de sentarse, nunca con los pies en el suelo era una forma de exteriorizar su carácter, ella era tan libre, no le gustaba atarse a nada, no le gustaba sentir que algo o alguien la retenía. Al llegar él, saludó a todos. A ella le sonrió, y eso fue suficiente para que ella se sintiera llena de felicidad durante un segundo. 

Miedo.

Ella estaba inquieta, su mirada se perdía a menudo mirando al vacío para centrarse en sus pensamientos, sus manos repiqueteaban a cada segundo sobre las superficies, se mordía labio inferior, movía rápidamente la pierna de arriba abajo haciendo así sonar los cascabeles de su pulsera atada al tobillo... Ella sabía perfectamente él por qué de estas reacciones, pero se negaba a reconocerlo. Estaba a punto de cruzar un puente, de cambiar de camino, de cerrar el libro.. y eso era lo que más miedo e incertidumbre le provocaba. ¿Cómo enfrentarse a otra nueva historia si aún no habías superado la anterior? Quizás esa nueva historia solo sea algo efímero, o puede que esa historia sea la historia de su vida. Pero lo único que ella sabía es que tenía miedo de enfrentarse a ella... 

Demasiado nítidas..

Sales de casa, vestida con prendas meticulosamente elegidas para la ocasión, en el camino hasta el punto de encuentro piensas en cómo sera la noche, en cierto modo, sueñas despierta imaginando qué sucederá esa noche. Ríes, charras, bromeas, cantas, fumas,  criticas, bailas, cotilleas con ellas. Te olvidas de todo, piensas en disfrutar esa noche, en que esa noche es vuestra noche y no existen peros. Entrada la madrugada, nos perdemos en la música mientras bailamos cada una a su manera, cada una su estilo. La gente pasa apresurada, los vasos se llenan y se vacían en sus manos, se escuchan voces que se convierten en murmullos bajo el volumen de la música... Y yo ajena a todos, me encuentro su mirada, sigo bailando pero de forma más sensual, sé que me está mirando. Se acerca, me acerco, hablamos, todo surge, todo fluye... Y de repente, ahí está él, penetrando como un flash en mi cabeza, los recuerdos vuelan ligeros por mi mente, las escenas que viví con él se ven demasiado nítidas como para hacerme daño. El recuerdo de él, la historia con un comienzo peligrosamente parecido al de esta, te hace encoger el estómago. Agachas la cabeza y sonríes para tus adentros, le echas de menos.. le echas mucho de menos. 

Así, y no de otra manera.

Si pudiera volver atrás en el tiempo, cambiaría muchas cosas.. Tantas, que mi vida ahora sería muy diferente.   No sabemos que vida vamos a llevar, ni que amigos nos acompañarán, incluso no sabes cómo vas a acabar vistiendo... Si volviera atrás, al principio, a cuando eres niño habría cambiado que no me guste el queso, para poder comer pizzas un viernes por la noche con mis amigos, también hubiera cambiado el tener miedo a la oscuridad, pues te puede pasar lo mismo bajo la luz, hubiera cambiado mi pasión por la ficción romántica, pues ahora creo que esas historias pueden ser realidad.. Tantas cosas hubiera cambiado! Pero no podemos volver atrás, esta es la vida que de forma consciente o no, hemos decidido llevar y tenemos que vivirla, vivirla sin preguntarnos por qué es así y no de otra manera. 

Deseos volando.

Siempre me han gustado los "abuelillos". No recuerdo quién fue quién me dijo que si lo cogías, debías pedir un deseo en voz muy muy bajita para que nadie pudiera escucharlo, y después hacerlo volar alto. Si el "abuelillo" caía en picado el deseo no se cumpliría, pero si volaba alto, alto hasta que ya no se divisa, entonces el deseo se haría realidad. Es por eso, que cada vez que veo uno, me gusta pensar que está lleno de deseos, deseos de todo tipo de gente, niños, abuelos, adultos... Cualquier persona puede coger un "abuelillo" y hacer que su deseo vuele con él.Y en cada "abuelillo" que hago volar, hay un deseo para ti, un deseo como aquel que pedimos juntos una vez. 

- Vamos a pedir un deseo.

- ¿Uno cada uno?

- No, los dos el mismo... 

La vida cambia cada vez que respiramos.

Como cambia todo en un solo segundo. En un segundo, un pensamiento, una acción, un sentimiento, incluso una palabra pueden cambiar por completo el rumbo de las cosas. Y ese pensamiento, acción, sentimiento o palabra, pueden ser los mayores errores que cometas, pero paradójicamente, no te das cuenta de si has hecho bien o mal hasta que es demasiado tarde. Y es entonces cuando te preguntas a ti mismo ¿Y si esto no hubiera pasado, todo hubiera sido diferente? Sólo con cambiar, ese pensamiento, esa acción, ese sentimiento, esa mínima palabra, todo hubiera tomado otro rumbo. Solo el cambiar un "no" por un "sí".. Algo tan simple como eso. 
Pero y ahora digo, ¿qué mas da lo que hicieras, pensaras o dijeras? Las cosas son así ahora, no hay por qué darle vueltas al Por qué. 

Me pierdo en la música.

Ya eran dos noches las que llevábamos encontrándonos, mismo lugar, misma gente, misma música. Cubatas en mano, cigarros consumiéndose, gente cantando, bailes apresurados, idas y venidas. Y tú y yo..  Ambos hacemos como si no nos hubiéramos visto, pero nos buscamos con la mirada, siempre con picardía. Bailo, bailo con ellos, me siento arropada a pesar de que mi mente vuela y no es capaz de quedarse quieta un solo momento. Él me ve, baila con ellas... Sonrío para mí, "patético" pienso. Sigo bailando, me pierdo en la música y le pierdo a él. 

Se te escapa de las manos.

Lo tienes ahí, está frente a ti. Eso que siempre has anhelado, lo que llevas tantísimo tiempo esperando, por lo que has pasado noches en vela y días soñando. Aquello por lo que llorabas y te enfadabas. Esta ahí, justo en frente tuya. Sin embargo tú no eres capaz de cogerlo, no puedes alcanzarlo.. Estás anclada en el pasado y eso te impide caminar hacia el posible futuro que tienes delante. Y a pesar de que el hecho desechar lo que tanto has buscado te frustra, sabes que no puedes hacer absolutamente nada por cambiarlo.. 

Mi flor favorita.

Te encuentras en un jardín rodeada de flores, flores preciosas, todas ellas dispuestas a ser cuidadas por ti, sin embargo tú, te fijas en una sola, la más bonita, la única que no necesita ser cuidada y te empeñas en cuidarla, hacerla tuya, llevarla contigo.. Te empeñas tanto en ella, que descuidas las demás, que se van marchitando poco a poco y tú con ellas al no poder conseguir esa flor que tanto anhelas. Sabes que cuidar a las otras flores sería mucho más fácil y aun así no puedes hacer nada por olvidar a la bella flor.. 

Nadie me quita esa noche.

Lo había deseando tanto durante tanto tiempo que incluso bromeaba con ello, consciente de que jamás pasaría. A menudo pensaba en la frase "Si deseas algo mucho, lo consigues" y sonreía pues no era ese mi caso. Pero me equivocaba, era tal el deseo, un deseo de corazón, de verdad, que al final se convirtió en realidad. 

Soy plenamente consciente de que puedo sufrir la más dolorosa de las caídas, o subir hasta el mismo cielo, y aún así prefiero mil veces caer a no haberlo intentado. 

Me arriesgo sin mirar atrás, sin preocuparme, dejándome llevar por el corazón y no por la cabeza y sabiendo que pase lo que pase, nadie me quita esa noche.. 

Palabras, tan solo palabras..

El más mínimo de los detalles, puede cambiar tu día por completo. Una mirada, un abrazo, una sonrisa, una caricia, incluso una palabra pueden hacer que te sientas la más afortunada o la más desdichada. Y es la palabra, el poder de la palabra, el que más daño puede hacer, pues hay ciertas palabras, que uno jamás quiere escuchar, palabras que temes y que sabes que te dolerán. Pero ¿qué son las palabras? Nada, son solo letras ordenadas de tal forma que le dan un sentido, pero no son tangibles, las palabras vuelan. Así que volemos con esas palabras, no dejemos que nos afecten, hay que borrarlas de nuestra cabeza, dejar que se esfumen como el humo del cigarro. Y es así, cuando entonces, tú controlarás como te hacen sentir las palabras, que al fin y al cabo son tan solo palabras..  

Quieres algo? Gánatelo!

Quieres algo? Lucha por conseguirlo. No te quedes parado mirando como aquello que anhelas se aleja. No dejes que la frustración se apodere de ti, pero deja entrar al valor. No pienses en qué pasará y sí en lo que pierdes. No llegues al punto de arrepentirte, de "lo que pudo haber sido". Ve hacia delante, sin mirar atrás, pisando fuerte pero no inconscientemente. Quieres algo? Gánatelo... 

Inseparablemente separadas..

Eran inseparables, las dos formaban una misma pieza, eran como pequeñas piezas de un puzzle que se complementaban para poder montarse. Eran inseparables, sabían lo que pensaban incluso sin articular palabras, solo un gesto, una mirada era suficiente. Eran inseparables, pues ni los largos períodos lejos conseguían distanciarlas, no necesitaban verse para saber que se tenían la una a la otra. Eran inseparables, pues estando juntas no necesitaban a nadie más. Eran inseparables, eran ellas, ellas dos y el mundo. Eran inseparables, hasta que se separaron... 

Queriendo sin querer..

 

Sabes que lo has perdido todo, pero no sientes dolor, no sientes nada. Vacío, solo hay un vacío en tu interior, que no te deja reaccionar, no te deja sentir, no te deja pensar. Te aísla de tal forma, que no eres consciente de lo que está pasando, estás en una nube, sabiendo sin saber, sintiendo sin sentir, queriendo sin querer.. 

He decidido..

He decidido que no hay nada que no vaya hacerme sonreír. He decidido que por mal que vayan las cosas siempre van a mejorar. He decidido que cada lágrima que derrame es agua que pierdo de nutrición para el cuerpo, por lo tanto, un desperdicio. He decidido que por más que te esfuerces, las cosas nunca van a salir como tú quieres, así que... QUE SEAN COMO QUIERAN! 

He decidido que es hora de no pensar, de no preocuparse, de dejarse llevar.. que todo fluye! He decidido no preparar nada, ni anticiparlo, mi vida se guiará por impulsos e improvisaciones. Sin mirar atrás, sin arrepentimientos.. 

Mente, manos, corazón..

Mi mente intenta despejarse..

Mis manos intentan liberarse..

Mi corazón late demasiado deprisa.. 

Pero mi mente no puede despejarse, por que son demasiadas cosas las que la rondan, recuerdos de momentos vividos, momentos preciosos, íntimos, románticos, apasionados, momentos nuestros. Pero es también invadida momentos, extraños, esos momentos que son capaces de destruir los muchos buenos que tienes.. Están ahí, confundiéndote, haciéndote flaquear, dudar. Momentos que duelen. 

Mis manos, ellas que en tantas otras ocasiones han hecho salir lo mejor de mi coordinadas con mi mente, ahora se sienten inútiles por no saber que letras escoger, que palabras formar, que frase construir. 

Corazón, pequeño valiente, siempre latiendo, deprisa, quizás demasiado deprisa. Siempre en lucha contra la razón, siempre haciendo que tus emociones se intensifiquen, siempre haciéndote pensar que esta vez es diferente y que todo saldrá bien. Por que cuando él late deprisa, todas las demás partes del cuerpo, laten con él, son todo una, todo es magnífico a tu alrededor. Hasta que de repente se para.. 

Odiar el amar.

- ¿Qué es lo que más odias? 

- El amor

- ¿El amor? ¿Por qué?

- Porque crea dependencia

- Los cigarrillos también y sin embargo fumas

- Con los cigarrillos sabré, que moriré antes de que las cosas se pongan peor

- Dime la verdad, dime por qué lo odias

- Lo odio porque te hace flaquear, te debilita, te alela de tal forma que dejas de pensar por ti. Te cambia por completo, te vuelve desconfiada, paranoica e insegura, muy insegura. Dejas de vivir para ti y empiezas a vivir para esa persona. Nunca te basta, siempre, por bien que vayan las cosas quieres más y más, nunca te conformas. Y después, después, está el miedo, el miedo a perderle, el miedo a perderte, el miedo al dolor, el miedo a la traición, el miedo al "adiós" sin explicación, el miedo a la soledad, el miedo al olvido. El miedo a ti misma...

                          

"Que corto es el amor y que largo es el olvido - Pablo Neruda"

Ho voglia di te.

Estábamos tumbados sobre su cama, él me acariciaba la pierna con delicadeza mientras nos besábamos. Al acabar el beso, ambos sonreimos, "tengo ganas de ti" dijo mirándome a los ojos,para luego bajar la cabeza y no ver la sonrisa que salía de mis labios. 

Curioso curiosísimo.

Me parece curiosa la forma que tiene la mente de funcionar. La vida, nuestra vida, está llena de momentos, momentos que se clasifican en muy buenos, buenos y muy malos, ya que los momentos malos acaban siempre en nefastos. Y es justo en esos momentos cuando  tu mente se sume en una espiral de recuerdos de malos momentos, que te llevan a peores sensaciones. Esas emociones acaban por hundirte, pues te ves en una encrucijada de problemas, en la que no hay ningún camino hacia la solución. Mi pregunta es, ¿No debería la mente, recordarnos que los buenos momentos compensan a los malos en vez de recordarnos lo jodidamente difícil que es nuestra vida?

Rabia contenida

Sientes como se va apoderando de tí, notas como recorre tu cuerpo, sabes que no vas a poder controlarlo, optas por callar pues sabes que si empiezas a hablar no podrás contenerte. No miras a nadie, te centras en un punto fijo mientras sabes que las lágrimas se están acumulando en tus ojos preparadas para caer. La impotencia, la impotencia te inunda, le pegarías a la pared solo por descargarte, por hacer que desaparezca. Pero sabes que solo conseguirías unos nudillos amoratados, y darle demasiada importancia a la razón de tu rabia. 

San Valentín

San Valentín. Un chico corre sorteando a la gente que se dirige a trabajar por que ha olvidado comprarle un regalo a su novia. Parejas desayunan juntas regalándose sonrisas y caricias. Más parejas caminan de la mano susurrándose su amor mutuo. San Valentín. Una chica mira soñadora como su amiga besa a su novio, desando encontrar a alguien. Otras chicas, deciden celebrar ese día juntas, como día de la soltería y la amistad. San Valentín. En la oscuridad están los que lloran a solas pues han perdido a quien aman. O se sienten tan solos que un día como este es capaz de sumirlos en la más profunda tristeza. 

Todos los principios marcan los finales.

La primera mirada, la primera sonrisa, la primera palabra, la primera caricia, el primer beso, la primera cita, la primera vez, la primera discusión. Marcan la última mirada, la última sonrisa, la última palabra, la última caricia, el último beso, la última cita, la última vez, la última discusión..

Paradójicamente paradójico.

Doblas la ropa distraída mientras escuchas Adele, te detienes mirando la imagen del calentito pijama rosa, Minnie y Mickey Mouse se miran cogidos de la mano y salen pequeños corazones. Te giras, miras el corazón que hay sobre tu cama con los mimos personajes, en ambos lados se representa lo mismo. Amor. EL AMOR. Sonríes, niegas con la cabeza y sonríes más aún, te tumbas sobre la cama sonriendo todavía. Piensas en tu paradoja, tres personas, y tú. Tres personas, de las cuales una es borrosa, y sin embargo, es la que más nítida deseas ver... 

Una silla vacía a tu izquierda.

Amor. El mundo rebosa amor. Un amor excesivo, agobiante, meloso, caprichoso. Amor, al fin y al cabo. Ves amor en los ojos de la gente, en los escaparates de las tiendas, en los bancos de los parques, por las ventanas de las casas, en las mesas de los bares, en los paseos por la playa, en el supermercado, en la panadería. En todos y cada uno de los lugares. Pero ¿y tú?¿dónde quedó tu amor? ¿dónde está tu mirada enamorada? ¿dónde está la pulsera que te gustaría que te regalaran? ¿dónde está ese beso furtivo en la ventana de su casa?¿donde está ese banco en ese parque con él a tu lado y ese bar en el que él pagará la cuenta o ese paseo por la playa con la brisa acariciándoos andando descalzos sobre la arena, incluso ir al supermercado a comprar algo que realmente no necesitáis o ir a comprar pan para una cena que no compartiréis? No está, tú no tienes ese amor, tú no tienes a nadie. Solo tienes una silla vacía a tu izquierda. 

Una mirada, un mundo.

Y entonces lo volvió a ver, después de varios intentos provocando encuentros "casuales" lo vio. Sólo se miraron, una mirada fugaz, efímera. Pero una mirada que provocó toda una noche de pensamientos, que derivaron en una única conclusión: Todavía sientes algo por él y será así durante mucho tiempo más. 

Viajar por los recuerdos

La memoria nos hace viajar por nuestra vida mediante pequeñas escenas, a los que llamamos recuerdos. Pero la mente no puede guardar todos y cada uno de nuestros momentos vividos, pues tendríamos un montón de recuerdos, probablemente inútiles. Es por eso que nuestra gran amiga, lleva a cabo un proceso de selección, lo curioso llega cuando no solo recuerdas aquello significativo para ti, aquello feliz que te encanta recordar, si no también ese momento desgarrador que todos vivimos o ese minuto en el que piensas "tierra tragame". Pero lo peor es cuando tienes una magnífica selección de recuerdos que fueron felices en su día, pero que hoy te hacen daño. Y estos, son los peores... 

Pensar en no pensar.

- ¿Qué haces?

- Pienso

- ¿Por qué piensas? ¡Que pase lo que tenga que pasar!

- ¿Qué quieres decir?

- Pues quiero decir que pasará lo que tenga que pasar independientemente de que tú lo pienses o no. 

- Pero pensarlo ayudará a mejorar ese "final"

- O lo empeorará. Hazme caso el hecho de que pienses en lo que está sucediendo no cambiará que suceda una u otra cosa, buena o mala. Acabe como acabe, habrás pensado en vano. 

Color soledad.

Pequeño pero grande a la vez, siempre andaba camuflado en colores oscuros, como grises, azules y verdes. Un día, sin darse cuenta empezó a brillar haciéndose de colores vivos como rojos, amarillos, rosas y naranjas, todo le sonreía. Pero esos colores fueron fugaces, y tuvo una etapa de colores neutrales. Entonces de repente, se hizo grande y estalló en miles de colores brillantes, y así permaneció hasta que se tiñó de un repentino negro. Negro agobiante que lo cubrió por completo y que hasta ahora no ha dejado ver ni un resquicio de esos vivos colores que antes le hacían latir con fuerza.

Corazón cobarde.

Habías escuchado el ruido hace un tiempo, habías sentido como se resquebrajaba en grietas, pero creiste que se recompondría. Ahora ya era tarde, se había roto en millones y millones de pedacitos que brillaban con destellos. Lloraste sobre esos pedazos, pues sabías que tu corazón jamás se recompondría.