jueves, 13 de octubre de 2011

No te rindas, sigue corriendo.

Estás ahí, sola a pesar de toda la gente que te rodea, y ves la pista abrirse ante ti. Suena el pitido de salida, y sales rápido, decidida, piensas que esta vez será diferente, crees que ganarás. ¡Plaf! Piedra en tu camino, consigues esquivarla y sigues, pero bajas el ritmo. Esas estúpidas piedrecitas que entorpecen tu camino están empezando a cabrearte. Y entonces... te detienes. Miras a tu al rededor, ves a toda la gente que está ahí apoyándote, gente que, ganes o pierdas estará ahí. Seguidamente fijas la vista en la meta, analizas el camino que te queda. Las piernas empiezan a dolerte, y psicológicamente te acusa el cansancio. Pero sonríes, vas a seguir corriendo. Sabes que si todo va bien vas a ganar esa carrera, si no, al menos sabrás que has hecho todo lo posible por conseguirlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario