jueves, 26 de enero de 2012

Una silla vacía a tu izquierda.

Amor. El mundo rebosa amor. Un amor excesivo, agobiante, meloso, caprichoso. Amor, al fin y al cabo. Ves amor en los ojos de la gente, en los escaparates de las tiendas, en los bancos de los parques, por las ventanas de las casas, en las mesas de los bares, en los paseos por la playa, en el supermercado, en la panadería. En todos y cada uno de los lugares. Pero ¿y tú?¿dónde quedó tu amor? ¿dónde está tu mirada enamorada? ¿dónde está la pulsera que te gustaría que te regalaran? ¿dónde está ese beso furtivo en la ventana de su casa?¿donde está ese banco en ese parque con él a tu lado y ese bar en el que él pagará la cuenta o ese paseo por la playa con la brisa acariciándoos andando descalzos sobre la arena, incluso ir al supermercado a comprar algo que realmente no necesitáis o ir a comprar pan para una cena que no compartiréis? No está, tú no tienes ese amor, tú no tienes a nadie. Solo tienes una silla vacía a tu izquierda. 

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