martes, 8 de noviembre de 2011

Únicamente cinco pétalos.


Ahí estaba esa florecilla. No era la más bonita, ni la más grande, ni la que más brillaba, ni la más abierta. Simplemente era una más del gran banco de flores, pero era especial, por que tenía muchos más pétalos que las demás flores. Y cada día, esos pétalos se hacían más y más grandes, lo que la hacía más y más bonita. Entonces, en una noche de tormenta esos pétalos se estropearon y muchos comenzaron a caerse, hasta que al final, la florecilla se quedó con cinco pétalos, únicamente cinco pétalos. A pesar de todo, no le hizo falta tener más, por que en ese momento supo que esos pétalos permanecerían ahí siempre.


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